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Los expertos de MARNYS resuelven tus dudas sobre los suplementos para defensas
En esta categoría encontrarás artículos y guías prácticas sobre cómo mantener el sistema inmunitario en condiciones normales mediante una alimentación equilibrada, hábitos saludables y nutrientes con funciones reconocidas. Descubre contenidos informativos útiles para atravesar épocas exigentes como los cambios de estación o situaciones de mayor exposición ambiental.¿Qué nutrientes contribuyen al funcionamiento del sistema inmunitario?
El sistema inmunitario depende del equilibrio nutricional, el descanso y el estilo de vida. Ciertos nutrientes han demostrado contribuir a su funcionamiento normal:- Vitamina C, con función antioxidante y que contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario.
- Zinc, que también ayuda al mantenimiento de las defensas naturales.
- Vitamina D especialmente importante en épocas de baja exposición solar.
- Equinácea, planta utilizada tradicionalmente durante los meses fríos.
- Jalea real,empleada de forma tradicional en situaciones de mayor demanda física.
- Propóleo, ampliamente usado como ingrediente natural en productos para el bienestar de garganta y mucosas.
¿Cómo apoyar las defensas cada día?
Un sistema inmunitario equilibrado se construye con constancia. Algunos hábitos recomendados para el mantenimiento de la función inmunitaria incluyen:- Seguir una dieta variada y rica en frutas, verduras, legumbres y alimentos fermentados.
- Realizar ejercicio moderado y regular, que favorece la circulación y el equilibrio fisiológico.
- Dormir entre 7 y 8 horas al día, para facilitar la recuperación del organismo.
- Gestionar el estrés, ya que niveles elevados de cortisol pueden influir negativamente en la respuesta inmunitaria.
Indicadores de que tu sistema inmunitario puede requerir atención
Aunque no existe una señal única que indique un desequilibrio en las defensas naturales, algunos síntomas pueden servir como referencia:-
- Sensación prolongada de fatiga sin causa aparente
- Episodios frecuentes de resfriado o malestar leve
- Recuperación lenta ante pequeñas heridas
- Malestar muscular sin esfuerzo asociado
- Trastornos digestivos leves, como hinchazón ocasional
